¿Has escuchado hablar de un trío perverso que afecta tu salud de manera silenciosa?
¿No?
Te lo platicamos de primera mano…
Tu rutina diaria transcurre normal todos los días: el tráfico, el trabajo, las fechas de entrega, las cuentas; lo normal…
Pasan los días y sientes que no has dormido bien porque cuando despiertas quieres seguir durmiendo y a la primer provocación te quedas dormid@.
Si tu rutina diaria te exige estar en movimiento seguramente vas a programarte para tomar un día o dos para dormir lo suficiente y volver a tus actividades renovad@ pero después de unos días te das cuenta de que no funcionó el descanso; hasta que un día te levantas para seguir con tu rutina y antes de salir de casa debes volver a la cama porque necesitas acostarte ya que no puedes con el sueño. Avisas que llegarás tarde al trabajo porque te sientes cansad@… duermes un rato y te preparas nuevamente para salir pero sigues con agotamiento y sueño…
¡Tu cuerpo te está alertando!
Mi rutina diaria me mantenía en constante movimiento, lo que me hacía pensar que estaba teniendo ejercicio suficiente para mantener saludable a mi cuerpo. Mi rutina alimenticia no había sufrido grandes modificaciones en más de dos décadas y siempre trataba de conservar un peso corporal dentro de los márgenes de lo “saludable” para mi estatura y edad pero lo que describo arriba es lo que justamente me sucedió.
Después de la tercer siesta del día decidí ir al médico, mismo que me solicitó unos análisis de sangre porque los síntomas le despertaron una sospecha…
El análisis de sangre
Asistí a que tomaran muestras de mi sangre para los análisis y desde ese momento me di cuenta de que algo no estaba bien: Mi sangre era muy espesa, los tubos tardaban en llenarse…
Ese mismo día me entregaron los resultados y el doctor me llamó con urgencia para que lo visitara: El trío perverso se hizo presente:
- Glucosa: 275 mg/dL
- Colesterol: 653 mg/dL
- Triglicéridos: 877 mg/dL
Los niveles de Glucosa, Colesterol y Triglicéridos estaban muy lejos de ser saludables y tuve que implementar de inmediato varios cambios en mi alimentación, lo que me ayudó a que en el corto plazo esos niveles se redujeran.
La catástrofe en puerta
Accidente cerebro-vascular, coma o perder la vida… Esos son los escenarios más probables ante valores como los observados en mis análisis de sangre.
Controlando al trío perverso
Aparentemente mi alimentación diaria era adecuada y saludable, sin embargo fue necesario “reaprender” a comer, lo que logré con la ayuda de una nutrióloga que me enseñó a identificar los alimentos y las cantidades adecuadas para obtener nutrientes y calorías suficientes para mi cuerpo.
La nueva forma de comer me ayudó a que en poco más de dos años lograra controlar a ese trío y mantenerlo a raya; consecuentemente mi calidad de vida se vio mejorada de manera significativa.
Considero importante recalcar que el comer adecuadamente no es necesariamente caro o complicado, sólo debes sacar de tu dieta alimentos o combinaciones de ingredientes que pueden hacer que tus mediciones en sangre se eleven.
Quizás más adelante les platique de un jugo que después de 4 años sigue siendo parte de mi dieta.
Puedes también apoyarte de algún suplemento como:
Por favor siempre consulta a un médico que es quien mejor te puede asesorar con tu salud.